El mes que viene, se realiza la 12 Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales (WCIT-12) en Dubai. La organiza la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT),
el organismo de las Naciones Unidas que se creó para promover
estándares para telegrafía y telefonía internacional, cuando esas
tecnologías eran lo último de lo último, y que hoy administra algunos
recursos globales de comunicación, como bandas satelitales. Hace un
tiempo ya que se escucha el rumor de una movida para otorgale a la UIT
la "regulación global" de Internet, mientras que la UIT misma se
encargaba de desmentirlo.
Ahora aparece en la revista Wired un artículo en el que el Dr. Hamadoun Touré, Secretario General de la UIT, nos dice que "La UIT debe liderar el esfuerzo de regulación de Internet", lo que cambia radicalmente el discurso oficial.
El artículo del Dr. Touré arranca bien, afirmando que la conferencia
tratará temas relacionados con mejorar el acceso online y la
conectividad para todos. Lamentablemente, desbarranca cuando pasa a
detallar tres de esos temas ofreciendo enfoques que, lejos de aportar a
ese objetivo, conspiran seriamente en su contra.
Ciberseguridad
Arrancando con el cansado cuco de los crímenes en Internet, nos dice el Dr.:
Ciberseguridad
Arrancando con el cansado cuco de los crímenes en Internet, nos dice el Dr.:
Los gobiernos están buscando marcos más efectivos para combatir el fraude y otros crímenes. Algunas personas han sugerido que esos marcos podrían también legitimar la censura. Sin embargo, los Estados Miembros ya tienen el derecho, según el Artículo 34 de la Constitución de la UIT, de bloquear cualquier comunicación privada que parezca “peligrosa para la seguridad del Estado, o contraria a sus leyes, al orden público o a la decencia”. Las regulaciones de los tratados no pueden contradecir la Constitución.
Muchas autoridades alrededor del mundo intervienen en las comunicaciones por distintas razones—tales como impedir la circulación de pornografía o propaganda extremista. De modo que debemos encontrar un balance entre la protección de la intimidad de las personas y su derecho a comunicarse por un lado, y la protección de individuos, instituciones y economías enteras de actividades criminales.
Y así vemos que era mentira lo de “una Internet para todos”: con la
excusa de combatir el fraude, la idea es que cada país pueda controlar
qué es lo que sus ciudadanos pueden ver y decir. Es cierto, algunos
países ya lo hacen, desde China a EEUU, pero precisamente esa es la razón por la que no debemos legitimarlo con un tratado internacional.
Lo del Artículo 34 de la Constitución de la UIT otorgando ya ese derecho
es, por lo demás, una falacia. Esa Constitución fue redactada pensando
en la función regulatoria de la UIT en el terreno de la telegrafía, el
teléfono y las radiocomunicaciones, y la soberanía de los países sobre
esos recursos en su territorio. Un marco regulatorio internacional para
un medio global como Internet llevaría a que la ley de cada país fuera
aplicable a todos los demás, permitiendo al gobierno del país A demandar
alguien que vive en el país B por publicar materiales que en su país
son legales.
En materia de infraestructura es donde verdaderamente se le ve la pata a
la sota, y donde enterramos la idea de “una Internet para todos”:
La conferencia se enfocará también en cómo las TIC y en particular la banda ancha pueden ser catalizadores altamente efectivos para el progreso social y económico sustentable.
En este momento, el acceso a este potencial está restringido por cuestiones de precio, con muchos usuarios enfrentando altos costos. Relacionado con esto, no hay suficiente inversión en infraestructura, especialmente en países en desarrollo.
Un factor importante e influyente es el de la financiación de redes, de modo que la conferencia puede considerar estrategias relacionadas con distribuir los ingresos de una manera más justa, estimulando la inversión, haciendo cotidianas las TICs “verdes”, y expandiendo el acceso lo más ampliamente posible para satisfacer una demanda explosiva. Estas soluciones podrían incluir transparencia total en los precios, por ejemplo en el “roaming” celular.
La parte operativa de esta cita es la de “considerar estrategias
relacionadas con distribuir los ingresos de una manera más justa”. Para
comprender de qué están hablando, es preciso recordar que UIT es,
esencialmente, el terreno de las grandes empresas de comunicaciones, las
que proveen ls vínculos por los que transitan los paquetes de Internet.
Estas empresas no sólo son altamente rentables, sino que la “demanda
explosiva” de sus servicios les pinta un futuro brillante tanto a corto
como a mediano y largo plazo. El problema es que, aún yéndoles muy bien,
están celosas porque hay usuarios de sus servicios a los que les va
mejor aún, y por eso llevan años intentando romper la neutralidad de la red
para poder cobrarle a las empresas de Internet no sólo por el tráfico
de datos (como hoy ya hacen) sino además haciéndolas competir por el
trato preferencial de ese tráfico.
Un mecanismo por el estilo podría llegar a servir si Internet fuera como
la televisión, un medio en el que pocos transmiten y muchos leen. Pero
el valor en Internet está, precisamente, en que todos podemos ser tanto
receptores como transmisores, y de hecho lo somos, todo el tiempo. Esto
es lo que permite que cualquier persona pueda, con recursos muy
modestos, crear servicios nuevos y ofrecerlos a los demás usuarios.
Piense en cualquiera de las cosas que hoy hace en Internet: todas y cada
una de ellas nació precisamente porque hubo alguien que pudo comenzar a
ofrecerla sin obstáculos. Si las telecoms comienzan a cobrar de manera
diferenciada para ofrecer un servicio que para acceder a él, la
innovación en Internet quedará reservada a las grandes corporaciones que
puedan negociar buenos tratos con ellas.
El artículo termina hablando de la necesidad de reconocer el derecho de
los discapacitados a acceder a Internet algo en lo que ITU no tiene en
realidad nada que decir, y en lo que los organismos de estándares de la
red (W3C, IETF y demás) ya vienen trabajando desde hace años.
Se pueden decir muchas cosas acerca de Internet, pero una es innegable:
funciona, y provee el medio de comunicación más democrático del que
nuestra especie tenga memoria. La UIT es un organismo controlado por
corporaciones estatales y privadas, precisamente aquellas que más tienen
que temer a un medio de esas características, aquellas que van a hacer
todo lo que esté en su poder para mantener una estructura asimétrica que
las beneficie.
Fuente: Fundación Vía Libre http://www.vialibre.org.ar/2012/11/08/uit-regulando-internet-es-un-peligro-para-los-usuarios/