lunes, 25 de marzo de 2013

Llego al último año de la Universidad y no saber qué hacer


Llegamos a quinto (usualmente), sexto año en otras carreras, se acerca fin de año, hemos terminado con la malla curricular correspondiente, finalizamos todas las prácticas habidas y por haber y aunque quizás sea la carrera de nuestros sueños, lo que siempre quisimos y anhelamos, aún así, no tenemos idea qué pasará con nuestras vidas, pues no es un simple cierre de ciclo, es un todo.
Como primera cosa llegó el momento de separarnos completamente de nuestras familias en términos económicos, pues, lo más probable, es que si nuestros padres nos brindaron la educación formal y su trabajo ya terminó, quieran dejar de mantenernos económicamente y de esta forma vivir más holgados, mientras que nosotros debemos buscar un trabajo, idealmente, en lo que estudiamos y comenzar la larga vida laboral que se viene por delante.

Aquí es donde nace el primer problema, ¿Dónde trabajar?, ¿Tengo las competencias adecuadas o requeridas? ¿Conozco a alguien que me pueda ayudar? Muchos cuestionamientos que abruman nuestras cabezas día y noche. Inseguridades que se plantean ante nosotros y nos ponen nerviosos ante la inseguridad y la incerteza.

Una amiga entró a la Universidad luego de un año de preuniversitario y uno de estudiar otra carrera, cuando llegamos a quinto, recorrido que hicimos en un abrir y cerrar de ojos, fue tanta su presión familiar y psicológica que terminó con terapia, pues sus miedos eran gigantescos. Sentía que no sabia que hacer, que no tenía certezas en su vida, menos control de la misma, pues sabía que no todo resultaría como ella lo planeaba. se sintió tan mal que comenzó a tener problemas en su casa, con su pololo, con todos sus cercanos, pues sentía que sus inseguridades eran culpa del resto. “No sé qué hacer, como sentirme mejor o como terminar con lo que siento, no quiero más que desaparecer”.



Personalmente, cuando llegué a mi último año de carrera lo hice trabajando casi todo el año, aceptaba todo lo que se me pusiera por delante solo por temor a no encontrar trabajo el año siguiente, pues si tenía la disposición existía la posibilidad de seguir en la misma institución y, además, de poder poner en mi CV un poco de experiencia laboral. Llegó el verano, los llamados a concurso, los datos varios y nada funcionaba, sentía la presión de deber de trabajar, primero porque siempre lo había hecho; segundo, porque soy algo trabajólica; tercero, porque quería quedarme a vivir en una ciudad que no era mi ciudad natal; cuarto, estudié queriendo y anhelando lo que cursaba, por ende quería comenzar con mi labor social.

Cerrar el proceso y terminar la universidad es una época muy estresante, sientes de todo; pena, por el término y alejamiento de personas valiosas; alegría, porque ves un futuro profesional prometedor (en tu mente al menos) y porque al fin cumpliste uno de tus grandes objetivos de vida; Miedo, no sabes qué sucederá contigo el año siguiente; Ansiedad, aunque tienes temor quieres que tu “nueva vida” comience pronto; presión, además de encontrar trabajo ser profesional conlleva más cosas, comienzo de vida laboral, rendir correctamente en los nuevos desafíos, una idea social que cuando sales de la universidad debes sentar cabeza, encontrar pareja, casi tener hijos y ser la mujer u hombre perfectos, responsables, etc.

Mantenerse solo o buscar casa son cosas domésticas para muchos, para otros son reales temas. Salir del núcleo familiar es un paso ya difícil que si unes a la cuestión monetaria o a comenzar la vida laboral se convierte en un real dolor de cabeza. Hay ciertos momentos en que solo se debe pensar fríamente y que si uno no hace las cosas nadie vendrá a hacerlas. Si yo no busco trabajo o me armo de la fortaleza de abandonar mi hogar nadie me dará la receta perfecta o las facilidades mágicas para, si no que se debe tener fortaleza y hacerlo tan pronto se pueda, pues mientras más tarde más difícil.

Lo que se debe entender es que como todo, esto también es un proceso y todo llegará de a poco, no es en un abrir y cerrar de ojos. Finalmente debemos dejar las aguas fluir y acostumbrarnos a su correr.
By Red de Universitarios
¿Cómo sientes tu último año de universidad?

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